Nuestra historia, nuestra música


El corazón y el ritmo. Este pequeño instrumento de cuatro cuerdas es el encargado de llevar el ritmo inconfundible del joropo. Es la energía que invita a bailar y a zapatear.

El alma de la música llanera. Con sus cuerdas vibrantes, el arpa llanera se encarga de la melodía principal y los ornamentos que dan vida a cada canción. Es el sonido que evoca la inmensidad de los paisajes del Llano.

La voz de la tradición. El cantante no solo interpreta las letras, sino que narra las historias y los sentimientos del Llano. Su voz es el puente que conecta al público con la poesía y la pasión de la música llanera.

La percusión y el alma rítmica. Las maracas son el complemento perfecto que le da un toque festivo y alegre a la música. Su sonido es el eco del campo que resuena en cada interpretación.

El cimiento musical. El bajo es el encargado de dar la base armónica y la profundidad a la música. Su función es mantener la estructura y la fuerza de cada pieza, asegurando que el sonido sea potente y completo.
